¿diatriba...?



Y una se da cuenta de pronto
de que eso de que el tiempo pasa
es algo muy serio,
que ya no es la flacidez de los cuarenta
ni las bolsas,
ni siquiera las arrugas tenaces que de noche destrozan
la ilusión del qué bien te ves para tu edad,
ni tampoco que te den una patada en la alegría
cada vez que un dependiente
te escupe en la sonrisa
ante esa jovencita
un qué desea Ud. señora subrayado con saña (estoy segura)
o la sospecha de que los hombres
no se quedan contigo a pesar de tus carísimas cremas
y tu espíritu juvenil y creativo,
y prefieren, como mucho, a las de treinta.

Es la muerte que puebla
sin ambages
todos los horizontes,
que ya no se enmascara tras esquinas
más o menos lejanas,
sino que juega a las bravas a ganar.

Es la muerte que esta vez promete muy de veras
estar a punto siempre de marcar tu número
y que baila pegada cuerpo a cuerpo
con los que has querido
con todo lo que no has podido
con eso que no has cambiado.


©   Miriam Palma. Exilios. Hacia el azul.  

Comentarios

  1. Excelente tu poesía. Te sigo leyendo.

    Antonio Garmar.

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  2. Se me olvidaba. Tengo un blog abandonado. Por si acaso.

    http://agdlara.blogspot.com.es/

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  3. Antonio, gracias por el comentario. Siempre tengo la sensación de que este blog nada en la nada y de que no hay nadie que se pare a leer. Me ha sorprendido, gratamente, leer tu presencia. He bicheado tu blog. No lo abandones. Me gusta lo que he visto. Por cierto, si esa playa es el Playazo, mira en una de las entradas del blog. Feliz coincidencia enconces.

    Gracias por la mirada.

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  4. me gusta Miriam, sencillo también en el tono la voz. Eso es lo que tb nos dan los años, no? esa serenidad, a parte de golpes y marrón y gris

    Como introducirse lentamente en el mar, esa muerte de la madre, creo, en la peli Interiores de Woody Allen, un muy neurótico abuelito

    yo tb tengo un blog abandonao, http://ifigeniaruin1.wordpress.com/

    te leo.. nos vemos tb por aquí, entonces, cual andarinas


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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Hola paseante. ¡Qué gusto ver tus huellas por aquí!

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  7. Siempre vuelvo a esta diatriba, fue el primer poema que leí tuyo y me atrapó.
    Abrazos.

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  8. Gracias, Isabel. Reconforta encontrar la generosidad con la que lees lo que escribo por aquí.

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