Nostalgia de la luz


Ayer estuve viendo en el cine el documental Nostalgia de la Luz.
Es cierto que quizá esperaba una "intensidad" mayor de la que me llegó. Pero hubo algunas cosas que me tocaron profundamente. Las fascinantes imágenes del universo, claro. La belleza y el silencio de ese desierto que cobija tantas huellas del pasado. De uno muy lejano, sugerente, estimulador de las más fantásticas genealogías; de otro más cercano, atroz, revelador del lado más oscuro y perverso de los seres humanos. Real. Pero, quizá, lo que más me impresionó fueron la esperanza y la tenacidad de esas mujeres que han dedicado su vida a buscar los huesos de sus desaparecidos en la inmensidad de ese desierto. Esa búsqueda se ha convertido en la actividad que da sentido de su existencia. La remota posibilidad de encontrar aunque sea una parte mínima de esos cuerpos alimenta la esperanza de la que se nutren sus días.

Casi al final hubo una frase que me impactó de modo especial. Ni siquiera sé si la suscribo. Le he dado quizá demasiadas vueltas al tema de la memoria, y ha de reposar antes de que pueda decir hasta qué punto coincide o no con lo que yo misma pienso. Pero resonó. Debe de ser por algo. Cito de "memoria", pero decía algo así como que "Sólo aquellos que tienen memoria pueden vivir en esa frágil frontera que es el presente".

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