Sólo para hombres

  foto: Miriam Palma

Sólo para hombres

                                                                    Y soy una mujer. Apenas algo.
                                                                   Carne desnuda, sola, desarmada.
                                                                                  Ángela Figuera Aymerich

Muy Señor mío, etcétera, ahí la tienes,
aferrándose al asiento de mi silla.
Sabe decir que no, de vez en cuando,
que no sigue la línea,
y a veces hasta opina,
y dice cosas que nunca le enseñaron.

La que ahí se sentaba, con su vida de ameba,
era una especie de cosa detenida.
A la menor señal obedecía,
corazón de masilla, moldeable,
fiel, como el gesto de una estatua,
adherida al conjunto de su tiempo
sin salirse, para nada, de la fila.

Esta que ocupa el sitio de mi silla
dice que no se marcha,
que bastante trabajo
le ha costado
echar a la que estaba.

Así que ahí la tienes. Toma nota.
Muy Señor mío, etcétera.

Fecha y firma.

(Blanca Sarasúa, Ático para dos, 1989)

Comentarios

  1. Llegar aquí es asombrarme y disfrutar de la fuerza de las palabras.
    Gracias y besos.

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  2. Me hace mucha ilusión cuando dejas un mensaje en este solitario blog... Un abrazo, Isabel.

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